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Una Fantasía Femenina: Knight and Day

agosto 6, 2010

Si entendemos el blockbuster como un filme espectáculo de acción, efectos especiales y destrucción de un coste elevado y que aspira a convertirse en un fenomeno de masas debemos considerar Tiburon como el primer Blockbuster. Si Tiburon y Star Wars son los modelos que han creado el Blockbuster y si atendemos que en ambos casos son fantasias masculinas. Tiburon nos mostraba la crisis de masculinidad de un oficial de policia que debía demostrar su valor y recobrar el respeto de su familia matando a un tiburon. Star Wars mostraba a un chico solitario y sin amigos que salvaba a la galaxia. Fantasias de poder masculinas como vemos.

Si el Blockbuster se ha establecido como una representación de las fantasías (y por tanto de los delirios y las pesadillas) masculinas, eso explicaría los fracasos de los blockbusters de superheroinas, pues no logran unificar el deseso sexual que las protagonistas deben despertar entre la platea de los machos junto con la identificación con un deseo de poder masculino. Támbien explica que las comedias romanticas se hayan convetido en la respuesta femenina al blockbuster, como bien claro esta en este trailer de Los Mercenarios.

Quizás dos blockbuster han intentado acercarse a una cierta mentalidad femenina: Mentiras Arriesgadas y Señor y Señora Smith. En ambos caso se contaba con una crisis matrimonial donde el aburrimiento de los conyuges se solucionaba descubriendo o haciendo que el otro fuera un superespía.

Heredera de estos dos filmes, aunque tambien influida por una obra maestra del cine manierista, Charada, la pelicula Knight and Day emerge como un blockbuster de caracter netamente femenino. Que nadie me entienda mal: La pelicula no es buena y tiene muchos problemas, aunque deben ser ustedes más inteligentes y no pensar de forma cazurra y decidir que el problema del filme es que haya encierros de San Fermin en Sevilla. Pero la pelicula de James Mangold ha suscitado mi interes por ciertos elementos.

En el filme tenemos un treitañera soltera, que tiene su pagafantas oficial (un ex novio bombero) y que esta claro que busca el hombre de su vida. En ello aparece un macho alfa que es capaz de ponerle caliente con su conversación y que cae del cielo, literalmente (en dos secuencias cae sobre el techo del vehiculo en el que ella va). Obviamente, el macho alfa es un superespia (desde James Bond la sublimación del macho dominante en el imaginario cinematográfico) pero este se muestra simpático y de hecho es capaz de hacerle el desayuno y dejarle notitas cariñosas. El superespia es por tanto un caballero (knight es su nombre en clave) e incluso le quita de en medio al pagafantas de la chica sin problemas, convietiéndole en un héroe y sin culpabilidad para la chica al meterle una bala limpia en la pierna.

La fantasia femenina tiene su recorrido por el imaginario romántico típico de la lectora midbrow americana: Isla desierta, travesía en tren por los Alpes, Viena y una Sevilla Kitch que incluyen la divertida (tengan sentido del humor) idea de que los San Fermines de Hemingway corren por sus calles. Fantasía femenina que tiene su componente de pesadilla (la escena en la que un giro del avión  hace descubrir a la protagonista que todos los pasajeros del avión han sido asesinados por su ligue) y que llega a ser conciente de la necesidad de cierta violencia para llegar al acto sexual. En una escena hay una idea de guión retorcida que tiene mucha gracia: Cameron Diaz, inyectada con Pentotal Sódico (una mujer sólo reconocería su deseo sexual mediante un suero de la verdad parece decirnos el gag) ve como Tom Cruise se carga a diverssos esbirros y le espeta: «Dios, apuesto a que eres muy bueno en la cama».

Todas estas ideas se ven lastradas por los problemas del filme: La dirección de Mangold se situa en ese terreno tan resbaladizo de la artesanía y lo autorial que no termina de cuajar, Tom Cruise es demasiado buen chico para el papel (ah, si el protagonista hubiese sido George Clooney o Brad Pitt) y eso hace que se le convierta en un Boy Scout bien intencionado, el Segundo Acto anda a trompicones de pérdidas de conocimiento de Cameron Diaz, el Tercer Acto es muy errático y los Efectos CGI cantan. Para colmo Mangold filma las escenas de acción de forma demasiado limpia, cuando la fantasía pide un mayor desparpajo y desverguenza en las escenas de acción. Hay una excepción, la escena del puente nos muestra una panorámica dentro del coche siguiendo una moto que es realmente brillante, y la propia escena tiene un cierto tono de videojuego, a lo Neveldyne/Taylor (ella dirá despues: He  estado metido en mitad de una escena de GTA) que lamentablemente no tiene continuidad.

No es una buena peli, pero a veces uno ve la pelicula que podría haber sido y no la que es.